El tiempo solo va en una dirección, hacia adelante, asi que coje tu petate y empieza a caminar porque nadie te va a esperar. Levanta la cabeza y mira a lo lejos, no para poder ver a donde llegaras, eso es imposible, sino para no perderte el momento. Para maravillarte de tu viaje.
Llevas botas fuertes, no te harás daño en los pies. Tienes un abrigo, no pasarás frio. Tienes tu rifle, no pasarás hambre. Tienes un mapa y una brujula, no te perderas. Al menos eso te repites, mientras ves como el abismo se abre ante ti.
Animo, valiente.
Esperando en la parada del autobús que me llevará a Sevilla, repaso los momentos memorables de este viaje a Caños de Meca. Intentando que no se me olviden.
Con los locos en el coche:
A Arturo, el hermano de Agustín, le encanta hacerse amigo de locos, pero de locos de putos locos, un dia en la playa de "el palmar" conocieron a unos elementos que estaban bebiendo ron con su neverita y todo a eso de las 4 de la tarde. A eso de las 12 llevaban ya una que no se tenían. Arturo congenión con ellos e insistió en que nos acompañaran el resto de la noche.
Eran tres los locos pero uno se fue pa casa. De los que quedaban, uno ya no podía hablar y caminaba con dificultad, y el otro, el jefecillo, que llevaba mas bisutería encima que M.A. Barracus, tenía siempre los ojos entrecerrados y no se le entendía una mierda, mitado porque estaba jodidamente borracho y mitad por que era de cai.
Cuando cerraron el Arborígena, chiringuito donde pasabamos las tardes, decidimos tirar pal Maita, a ver un conciertillo flamenco y cenar algo.
Eramos 6 en el clio, el coche estaba que daba pena de sucio. Dando marcha atrás me cargué el limpiaparabrisas trasero, debíamos dar un aspecto de lo mas lamentable. Uno de los locos pa mi que se había giñao encima, porque olía el coche que daba asquito, era un olor insoportable y le daba un toque cómico a la escena.
Bajamos las ventanillas, pusimos al camarón a todo lo que daba la radio y nos pusimos a cantar a voz en grito el "volando voy" (todos menos el loco borrachísimo que iba aplastao con la cara apoyada en el asiento delantero y manteniendose mas o menos consciente) Allí íbamos los seis hermanos a la luz de la luna, levantando polvo con el clío, desgañitándonos con el camarón y partiéndonos de risa con el mal olor a sobaco de los locos de Arturo.
Otro momento gracioso con estos locos fue cuando llegamos al Maita. Hay que decir que el loco jefe daba miedo, era el típico macarra que si te lo encuentras por la noche te cambias de acera. Arturo le tenía dominao, yo flipaba. El caso es que estábamos hablando los tres (bueno hablábamos Arturo y yo, el loco balbuceaba) y de pronto Arturo se pone a hacer caras cuando no mira el loco, casi me muero de la risa. Estaba el chalao balbuceando y Arturo se ponía a su lado a poner caras, bizqueando los ojos y haciendo muecas.
Esto a mi me hizo mucha gracia, porque pensaba que yo era el único chalao que hacía estas cosas (Es algo que hago mucho cuando nadie mira, poner caras en público)
El sombrero del abuelo en la pequeña lulu:
"El Sombrero del Abuelo" es un grupeto formado por integrantes de Quinto Parpadeo y Canteca de Macao entre otros. El día anterior habían dado un concierto en Zahara de los Atunes y esa noche se extendió el rumor de que iban a tocar en "la pequeña lulu", una cala de Caños de Meca. Me encontré con Chema, el guitarra, en el sitio de falafel y me lo confirmó, así que para allá me llevé a toda la troupe: Joshua y sus amigas, Arturo y su novia, y Bea y su amiguito. Fue una noche memorable, con su concierto en la playa iluminado por la hoguera, la luna llena y el faro. A lo lejos se adivinaban luces de Africa, probablemente de Tanger, y me di cuenta de lo cerca (13,7 Km) que estamos. El año que viene traemos pasaporte y nos bajamos al moro. El concierto se llamó "porque nos gusta vivir así". Había unos 50 asistentes entre hippies, perros y gente.
La Familia Villar en el Maita:
En la playa de "El Palmar", hay un chiringo de los "Maita venda Ca" llamado Maita, en el que dan conciertillos. Una noche, despues de tener una cena agradable con Jorge y con Marta hablando de Comics y Cine, fuimos para allá a ver a la Familia Villar.
Los Villar eran unos gitanos, con pápa, máma, primo, dos hijas, la mayor y la pequeña, e hijo pequeño y gordito vestido de blanco. El cantaor (pápa) se marcó unos cantes sin microfono ni na que me hicieron reiterarme en mi deseo de aprender a cantar flamenco.
El dia en Tarifa:
Fuimos a pasar el dia a Tarifa. Tras comer caro y mal tiramos pa la jaima a tomar el cafetito. Se está de lujo allí. Entre jaima y playita llegó la noche y tiramos pal "serengueti", un chiringuito de playa donde había un concierto flamenco con tres bailaoras que estuvo todo guapo (cuando un escritor define algo como "todo guapo" quiere decir que se ha cansado de escribir)
Para destacar en cualquier campo siempre hay obstaculos que superar. Es lo que los culturistas llaman el período del dolor. Tan solo los que se empujan hasta el límite,los que están dispuestos a enfrentarse a ese dolor, al agotamiento, a la humillación, al rechazo, o a algo todavía peor, llegarán a convertirse en campeones.
Neil Strauss (a.k.a. Style. "El Método")